3/25/2020

CANCIONES SONRISA

Queridas criaturitas escarcha,

En estos tiempos de encierro  por el Covid-19, estoy reflexionando mucho. Pero no quiero traeros un post trágico, filosófico, político o trascendental. De eso ya hay suficiente en las redes y prefiero guardarme esas reflexiones para mí, por el momento.

Llevamos 10 días en casa, aunque muchas personas tienen la obligación de trabajar y arriesgar sus vidas, y eso es mucho peor, creedme.

Por ello he decidido contribuir, aunque sea un poquito y desde mis posibilidades, con buena energía y evasión.

Una fuente de la que beber para evadirse es la lectura. Por eso dos de mis libros autopublicados han estado gratis durante tres días en Amazon. La versión digital está tirada de precio, así que si queréis contribuir a mejorar mi economía no os costará un gran desembolso.

La otra, y para mí la mejor porque me ha salvado de muchos bajones anímico,  (culpa de mi alma Libriana y querer tenerlo todo bajo control), es la música.

Mi vida no sería nada sin la música. Está presente en todos mis días, bien en los cascos camino del bus, bien mientras me ducho, para relajarme antes de dormir...

Y no solo de Death Metal vive Beka Von Freeze.

En estos días de encierro el cuerpo me pide soltar adrenalina, mover las caderaa y elevarme a un mundo de sonrisas.

Por ello os voy a dejar unos enlaces de mis bandas preferidas. De las canciones bailables, de las que pueden escuchar todos los seres humanos sin quejarse de que solo es ruido. Aunque claro, no todos los oídos sabrán apreciarlas…

A ver si coincidimos en alguna canción fetiche. ¿Me contáis?

HIM


PLACEBO


DEPECHE MODE


JOY DIVISION


THE SISTER OF MERCY


BILLY IDOL


THE CURE


QUEEN


JOAN JETT


RAMONES


MARILYN MANSON


ROB ZOMBIE


MURDERDOLLS


DEATHSTARS

https://m.youtube.com/watch?v=CWUmw2ITaFA

THE PRETTY RECKLESS



Como veis, un pequeño compendio del mejor pop rock, rock gótico, post punk, punk horror y glam metal del planeta. Desde la  música de los ochenta hasta la actualidad.

Y vosotros ¿qué escucháis en tiempos de confinamiento?

¿Qué canciones os gustan cuando el cuerpo os pide marcha?

Un besito afilado, y disfrutad de las canciones.

Dadle al play y bailad!! Que las sonrisas dancen!!

2/04/2020

EL RITUAL DE LAS VENDAS

¡Queridos, Freezers!

Hoy quiero hablaros de lo necesario que es para mí el ritual de las vendas...

¡Nos va a hablar de bondage!

No...

Pero podría :P se pueden utilizar perfectamente para ello.

Quizás en otra ocasión...

Como muchos de los lectores de este blog ya sabréis, practico Kick Boxing. Sin pretensiones, sin objetivo de competir, simplemente por la satisfacción mental, las agujetas del cuerpo y el crecimiento espiritual.

Cuando mis pies descalzos pisan el tatami, después de haberme inclinado al entrar y susurrar bajito mi Oss, dejo los guantes, el bucal y las espinilleras en una esquina, y antes de estirar procedo a mi ritual de vendas.

No es solo un acto simple de anudar una venda de boxeo alrededor de la mano y la muñeca para protegerlas.

Suelen decirme que parece que estoy en otro mundo cuando lo hago. Lejos de allí. Y en parte es así.

Para mí, cada vez que me pongo las vendas me preparo psicológicamente para intentar dar lo mejor de mí, para prepararme ante la batalla contra mis demonios e inseguridades, para acabar con todo lo que me hace sentirme inferior.

Por ello, cuando en la vida me sucede algo inesperado a lo que debo enfrentarme, cuando aparecen los problemas, las discusiones, las decepciones, los inconvenientes, procedo al ritual de las vendas.

Cierro los ojos, respiro profundo y vacío mis pulmones. Vuelvo a respirar, desenrolló las vendas perfectamente enrolladas previamente (demasiado metódica, todo tiene que estar en su perfecto orden) y comienzo a anudarla. Introduzco el hilo en el pulgar y empiezo desde la muñeca. Voy girando a través de la mano, protejo mis dedos y nudillos, voy apretando pero permitiendo la movilidad y la circulación. Ato el velcro. Muevo las muñecas. Y vuelvo a expulsar todo el aire.

¡Ya estoy preparada para la batalla!

Me miro en el espejo, reviso que las lentillas estén en su lugar.

Y aquí, y ahora, me sale la cara de hija de puta antes de la sonrisa.

Ya no importa lo que venga. No importa quién intente herirme. Sé que saldré adelante.
Ya no hay tregua ni concesiones. ¡Voy con todo!

Y sí...me caeré. Acabaré sangrando por la nariz y con moretones por todo el cuerpo, la vida es así, sino sería demasiado aburrida; pero siempre pelearé hasta el último aliento.

El ritual de vendas es mi descanso del guerrero. Son esos minutos de reflexión, de pausa, de arrinconar todo lo que me agobia hacia un rincón de mi alma y centrarme en salir fuerte y vencedora. Cuando me quito las vendas sudadas...¡sorpresa! ya no hay hueco para las tormentas. La nube negra se disipó. Mi corazón está despejado. 

Y tú ¿tienes tu propio ritual mental antes de la batalla?

¿Te animas a probar este?

Quizás solo me entiendan los que practican Artes Marciales...pero con un poquito de imaginación sé que sabréis leer entre líneas.

¡Nos leemos!

Me despido recordando que se acerca San Valentín. Y quizás haya algo especial por aquí... Tendréis que regresar para descubrirlo...

¡Un abrazo escarcha!

1/03/2020

LISTA, SI! LISTA, NO!

Queridos Dirtys,

Ha empezado un nuevo año. ¡2020! ¿Estáis saltando?

Ains, nos espera un número bonito y un año bisiesto. Tendremos 29 de febrero y un día más para tratar de hacer las cosas bien. Aunque seguro que la cagamos igualmente. Al menos yo, que tiendo a ser un puto desastre.

Todos tenemos pequeños rituales al comienzo del año. Costumbres que nos hacen diferentes a los demás y a la vez muy iguales.

¿Lista de propósitos? ¿Ya habéis escrito la vuestra?

Particularmente soy la chica de las listas. ¿O tendría que decir era?

Lista de la compra, lista de poemas y frases imprescindibles, lista de canciones en las que me refugio cuando tengo el día gris (basta echarle un vistazo a mi móvil, ahí están casi todas), lista de novelas por escribir con su orden de prioridad, lista de lugares a los que viajar, lista de sueños por cumplir...

Y sin embargo, este año, la chica de las listas no ha escrito sus propósitos del año 2020.

Ni siquiera el primer relato del año tras comer las uvas. ¡Estoy perdiendo facultades! O quizás ilusión...

Quizás porque he acabado el 2019 un poco melancólica, quizás porque me estoy volviendo más realista y estoy perdiendo parte de mi esencia soñadora, quizás porque tengo el presentimiento de que es mejor no escribir nada para no sentirme decepcionada al no poder conseguir lo que tanto deseo cuando acabe el año y me de por hacer recuento.

Unos se apuntan al gimnasio y empiezan las dietas. ¿Para qué si a los dos días abandonan? Mejor ir cuando se quiera y punto.
Otros apuntamos todo lo que queremos conseguir, lo que queremos dejar de hacer, los que queremos cambiar porque no nos gusta de nosotros, para que así, al escribirlo, nos dé fuerzas para luchar por ello, y al final nos decepcionamos al no conseguirlo.

Así que este año he decidido no apuntar nada.

Voy a dejar que las cosas fluyan. Que aparezcan los sueños que quieran hacerse realidad, que cambie lo que tenga que cambiar, que me ilumine las sonrisas lo que me tenga que iluminar y quizás así todo sea más fácil, menos doloroso y resulte más increíble.

Y mirad que me cuesta. Que soy Libra, que tengo que encontrar siempre el equilibrio, que me gusta tenerlo todo atado y planeado...

Pero es que recientemente he aprendido que los planes improvisados, esos que comienzan con un: «dime: ¡vente! y estoy ahí en 10 minutos». O con un «Estás libre? Desayunamos?» Son mucho mejores. Porque siempre salen bien.

Así que lo siento por esa parte de mí que ansía tenerlo todo bajo control, porque este 2020 me voy a dedicar a ser REBELDE. A dejar fluir el agua. «Be water, my friend», como decía Bruce...

Presiento que así voy a sonreír mucho más...

¿Os apuntáis conmigo a no apuntar los propósitos para este año?

¿Hacemos recuento de todo lo bueno en 2021?

Si seguís leyéndome entonces es para daros un premio ;-P

Un beso muy Dirty!!

12/11/2019

A CADA CICATRIZ...

¡Queridos Dirtys!

Hacía muchísimo tiempo que no esparcía mis copitos de nieve en este blog...

Cosas de la vida: trabajo, estudios. Sí, porque ahora mismo estoy estudiando. Si me lo llegan a decir hace unos años...

¡¡Y también de publicar con editorial!! Oh, my fuck* god!

Odin me echó un cablecito, me puso la oportunidad justo delante y yo fui a por ella con todas mis ganas, como buena guerrera. Aunque tuviera miedo...¡¡lo conseguí!!

Lo que no he conseguido todavía es el vikingo empotrador. Seguimos intentando...

Pero a lo que vamos, ¡que me disperso! Hoy quiero hablaros de las cicatrices.

¿Cuántas tenéis? ¿Las habéis contado alguna vez?

Tic-tac... Tic-tac...

¿Seguís enumerándolas todavía?

¿Os acordáis de lo inocentes que erais cuando no teníais ninguna?

Ay, aquellos maravillosos años... 

Cuando el mundo nos parecía inmenso y difícil de recorrer, cuando lo observábamos todo con ojos de ilusión, cuando la muerte no se había llevado a ninguno de nuestros familiares más importantes, cuando no nos importaban los noes porque creábamos un sí a la rapidez del rayo, cuando nuestra mayor preocupación era aprobar los exámenes y si nos conjuntaba la ropa que nos íbamos a poner el fin de semana, cuando no tener un futuro resuelto no magullaba el alma, cuando no nos hería no tener nada que ofrecerle al amor de verdad si llegaba al haber dejado los estudios a medias, cuando no nos habían roto el corazón al estar enamorados, cuando nuestra autoestima estaba siempre frenética y por las nubes, cuando las despedidas no nos habían marchitado, cuando nuestros mejores amigos no nos habían traicionado, cuando...

Cuando la vida y las consecuencias de vivirla no nos habían atropellado...

Sin embargo, ¡qué bonito es vivirla! 

Y qué asco lo de sufrir... ¿verdad? 

Lo de sentir el corazón roto en mil pedazos que no dejan de sonar. Lo de tener mil moretones repartidos por la piel que a cada día nos cuesta más que curen y desaparezcan.

Pero es hora de reconocer que sin esas cicatrices no seríamos las personas que somos. Seríamos unos simples muñecos sin sentimientos malviviendo en un mundo de plástico. Sin matices.

Ay, los matices... hacen un poquito más precioso el día a día.... ¿Verdad?

Ya lo decía una de mis canciones favoritas de adolescencia: «No todo es blanco o negro: es gris. Todo depende del matiz. Busca y aprende a distinguir».

Porque los matices de la vida te los da el sufrir las consecuencias de exprimirla con los sentimientos a pleno pulmón, siendo un alma hipersensible.

Cuando uno se siente un poco muerto, cuando experimentamos el dolor, cuando nos abandonan, cuando la muerte nos sacude y nos separa, cuando las enfermedades que más tememos planean cerca, cuando rompemos los hilos rojos del destino y luego el amor de verdad nos esquiva y no quiere aparecer, cuando nos decepcionan...hasta la naturaleza se ve de forma distinta... E intentamos hallar ese algo que nos haga respirar sin tristeza. A veces es una canción, otras el abrazo de la persona indicada, otras una sonrisa inesperada de un desconocido, otras un recuerdo bonito de tiempos acontecidos...

Porque si algo he aprendido en estos treinta y cuatro años es que de todo lo vivido, incluso de lo negativo, se puede sacar algo bueno.

¿Qué sería de nosotros sin cicatrices?

Al cerrar los ojos, ¿sentís la sangre derramarse por vuestras heridas? ¡Pensadlo!

¿Sentís la luz atravesando cada una de ellas intentando acabar con vuestra oscuridad? Yo la siento penetrar...

Cuando la melancolía me abraza y la tristeza regresa junto a mis demonios para hacerme pequeña... La dejo fluir, la siento muy hondo y entre lágrimas me hago fuerte, y sé que siendo yo conseguiré alzarme y volver a empezar. Llamadme cabezota, pero llevo consiguiéndolo desde los 17 años... Sí, siempre fui la rarita...y la vida me enseñó a hacerme fuerte hace...buffff!!

Porque la vida quiere que la vivas, que la sientas, que te caigas y te levantes, que llores y que sonrías aunque solo sea por joder.

Porque como siempre me recuerda Maite, mi amiga valenciana, «la vida no te da hostias que no puedas soportar».

Y cada cicatriz nos cambia. La vida cambia. Cada herida nos vuelve más fríos, más desconfiados, más callados, más introvertidos, más hijos de puta. 

Porque aprendemos a dar lo que recibimos, para bien o para mal. Aprendemos a jugar con quien juega con nosotros, y a veces incluso superamos al maestro. Y encima nos sentimos bien al dejar salir nuestro lado oscuro. Aprendemos a no entregarnos de más aunque cuando lo hagamos sea a corazón abierto. Porque a base de golpes nos damos cuenta de que no podemos despistarnos ni un segundo...

A cada cicatriz nos volvemos más copos de nieve, más escarcha, más cubitos de hielo... Ya no nos callamos tanto por miedo a envenenarnos.

Y en el fondo sabemos que las consecuencias de vivir y sufrir nos han traído hasta aquí. ¡Y lo que nos queda! ¡La de heridas que llevan nuestro nombre! Y que vendrán, siempre vienen...
Solo descongelaremos el corazón...

¿Cuándo lo descongelaremos?

¿Lo haremos alguna vez?

¡Un abrazo muy frío en forma de copitos! ¡Gracias por leerme y acompañarme de nuevo!

7/16/2018

PUTOS VAMPIROS ENERGÉTICOS

¡Queridos Freezers!

Hoy quiero hablaros de las personas que solo se acercan a nosotros para chuparnos la energía. ¿A que en vuestra mente ya han aparecido unas cuantas personas?

Se les conoce como vampiros energéticos y se acercan a las personas de aura limpia para apoderarse de las buenas vibraciones que desprenden.

Estos vampiros son incapaces de vivir su vida sin joder a aquellos que les rodean. No están contentos con lo que están viviendo y son felices desestabilizando a otros porque les hace sentir superiores.

Están llenos de vacíos, de inseguridades y por eso actúan así. Es mucho más fácil no arriesgarse, no luchar por cambiar, que tener que dar pasos de gigantes y tomar decisiones.

Estoy descubriendo que hay demasiada gente a la que le encanta joder a los que están bien y encima para después desaparecer. Porque estos vampiros, una vez que han sacado provecho de ti y te han utilizado, desaparecen.

No sé si es culpa de que me estoy haciendo vieja, de que cada día que pasa tengo un poquito menos de paciencia, de que soy extremadamente sensible, o que últimamente me rodeo de demasiadas personas tóxicas, pero mis baterías se están apagando. ¡Mi cuerpo lo percibe!

Y no es el karma…Porque os juro que tengo los chacras más en orden que nunca, y siempre intento dar lo mejor de mí. Tanta mierda a mi alrededor tiene que ser por otro motivo…

Que el ser humano es egocéntrico y egoísta por naturaleza, lo sé, pero que todos florezcan a mi alrededor como los capullos en primavera…

Debo de tener cara de buena o ser gilipollas directamente.

Sé que como Libra de manual que soy, mi genética tiende a escuchar, a ayudar a las personas en lo que me necesiten sea en los malos momentos o en los buenos, a intentar que descubran el equilibrio en sus vidas y que se sientan mejor con ellos mismos.

¿Pero qué sucede cuando por consecuencia de esa ayuda desestabilizan la mía?

¡Ahora que las montañas rusas emocionales me estaban dando un poquito de tregua!

Hace tiempo que decidí que no iba a permitir más personas tóxicas a mi lado, que todo el que llegase tendría que aportar cosas buenas o se tendría que marchar, y en días como hoy tengo que repetírmelo una y otra vez en plan mantra porque estoy agotada.

En cuanto me descuido, regresan l@s gilipollas. Es como si tuviera un imán. ¿Os ha pasado alguna vez?

No me gusta la gente que utiliza a otras personas aprovechándose de su buen corazón, no me gustan las personas que con su negatividad influyen en el estado de ánimo, no me gustan las personas que con sus actitudes obligan a otras a ser cómplices de cosas que no quieren hacer.

¿Tan difícil es vivir y dejar a los demás que vivan como quieran?

¿Tan difícil es dejar de mirarse el ombligo propio durante un ratito?

¿Tan difícil es no repartir mierda? ¿No meterse en la vida de los demás para joderla?

Debe ser una ardua tarea. Debe ser muy gratificante intentar dar pena, mentir, repartir basura, chuparle la energía a las personas que van tranquilas por su camino sin meterse donde no les llaman.

Estoy harta de las personas que aparecen y desaparecen por el mero hecho de que se sienten solas. 
Estoy harta de las personas falsas que delante de mí actúan de una manera y a mi espalda actúan de otra. Estoy harta de las personas que no van de frente y dicen claramente lo que quieren o lo que no, y que se dedican a marear por aburrimiento o diversión.

Porque la vida es demasiado sencilla y solo el ser humano es capaz de complicársela y de enmarañar el cerebro a aquellos que tienen alrededor.

Hoy es uno de esos días en los que al reflexionar me doy cuenta de que tengo demasiados vampiros energéticos a mi lado y que tengo que ponerle remedio más pronto que tarde. ¡Es mi salud la que está en juego!

Hoy me encantaría marcharme a algún lugar solo con billete de ida, cambiar de aires, conocer gente nueva. ¡Pero de las personas que de verdad aporten, por favor! De las que generen sonrisas, locuras, buenos momentos…Porque hoy más que nunca necesito salir, que me pegue al aire fresco en la cara, que la vida me sorprenda para bien…

Al menos el clima si me ayuda un poquito y hoy por aquí llueve y mi querida lluvia me ayudará a limpiar la mala hostia que traigo...

¡Putos vampiros energéticos! Se me están acabando las pilas…

¡Un abrazo escarcha!

5/30/2018

BIENVENIDA, BEKA UNICORNIO

¡Queridos Freezers!

Hoy quiero hablaros de esas veces en las que cruzamos la línea y salimos de nuestra zona de confort, y hacemos todas esas cosas que un día dijimos que no haríamos, que un día creímos que ya no volveríamos a hacer.

¿Habéis cruzado la línea alguna vez? ¿Os habéis sentido tan bien como yo al hacerlo?

Es tan necesario salir de nuestros lugares reconfortantes…

Gracias a mi retiro espiritual, al silencio de la naturaleza, y a la soledad que tanto necesitaba, con el susurro de las montañas llegué a la conclusión de que iba a pensar mucho menos y a actuar mucho más. Y estoy en ese proceso, aunque me cueste adaptarme.

Llega un momento en el que te sientes hasta egoísta por pensar únicamente en ti, pero sabes que es vital para ser feliz. Porque si algo me ha quedado claro en lo que llevo de vida, es que cada uno va a lo suyo sin pensar en los demás. Y es así realmente como se ha de vivir. Cada día tengo más claro que nacemos solos, morimos solos, y es así como debemos seguir para no perder nuestra identidad, para disfrutar la vida plenamente. Solos, acompañados de gente pero sin olvidarnos en el proceso.

Salir de la zona de confort no solo nos muestra la persona que podemos llegar a ser y que nos estamos perdiendo, sino cómo son realmente las personas que nos rodean y todo lo que nos pueden aportar, la de momentos que podemos llegar a fabricar cuando dejamos de limitarnos y decidimos abrir los ojos.

Es entonces cuando sonríes de verdad, creces, y la tristeza se evapora, vuelves a sentirte una niña con un montón de posibilidades a su alcance, y sabes que no importan las caídas sino las veces que consigues levantarte y la forma en la que lo haces.

Nunca se es demasiado vieja para nada. Nunca se es demasiado mayor para seguir viviendo con ese puntito de locura que rompe prejuicios, nunca es demasiado tarde para cambiar, para soltarte la melena, para hacer todo aquello que siempre quisiste hacer y que te aconsejaban que no hicieras porque las personas normales nunca lo harían.

¿Quién dijo que yo era normal?

Y es en el momento en el que decides centrarte en ti, SOLO en ti, en el instante en el que cruzas la línea, rompes tus propios esquemas, dejas de limitarte y das todo de ti, cuando realmente te sientes viva.

Cuando el miedo desaparece y te dedicas a VIVIR, cada segundo tiene un nuevo matiz.

Y cruzar la línea te ayuda a conocerte más, a descubrir facetas de ti misma que no sabías que tenías, a dar prioridad a quien la merece, a dar importancia a lo que realmente lo tiene. Porque no es que la vida sea súper complicada. Somos nosotros quienes la hacemos complicada.

Vivir sin tratar de dar explicación a cada instante, a cada sentimiento, a cada acción convertida en recuerdo.

Cuando rompes tus barreras y te adentras en mundos desconocidos, cuando dejas de cumplir a rajatabla el papel que te habías autoimpuesto, es cuando presientes realmente la dualidad que llevas en la sangre. Aparece el ángel y el demonio. Unas veces escuchas a uno, otras escuchas a otro. Pero lo que ya no haces es taparte los oídos por miedo a escuchar algo de ti que no quieres.

¿Qué habla el demonio y decides escucharle? Acéptate. Con tus luces y tus sombras. Porque nadie es perfecto. Es lo que hay.

Y solo así te sientes bien. Y sabes lo que quieres. Y tienes todavía más claro lo que no quieres, ni querrás. Y sonríes, te descubres y te sorprendes, y conoces a los que te quieren y te sorprendes todavía más, y ya puedes respirar tranquila porque por fin estás siendo quien querías ser.

Tu lado dulce, tu lado hijo puta, tu luz, tu oscuridad…Y sabes que eres un ser completo lleno de tantas cosas por mostrar…

Y es que la naturaleza y el silencio tienen ese poder para ubicarte y mostrarte tu nuevo camino. Ese que intuías pero que no querías ver.

Vive, deja vivir, pero nunca más vuelvas a sobrevivir. Ríe, llora, grita, sin miedo a sentir, sin miedo a que te juzguen, lo van a hacer de todas las maneras. Sin pánico a que te miren como si estuvieras loca.

Cariño, reconoce que siempre lo estuviste, recuerda a esa niña que nunca fue como los demás esperaban y lo bien que te sentías contigo misma siendo diferente.

Y cuando tienes eso claro, sabes que lo que esté por llegar será bueno. Porque para lo malo siempre hay tiempo y ya te da igual. Has sufrido tanto, has pasado por tanto, has hecho tanto y te han hecho tanto, que por un poco más… ¿Qué más da?

Y no sé vosotros, pero yo ya me cansé de recoger lo que la vida quiera regalarme. Ahora voy a fabricar lo que quiero que me entregue.

Ahora toca recoger estrellas que dejan con la boca abierta en mitad de la madrugada, decir en cada momento lo que quiero expresar sin miedo a lo que otros puedan sentir, ahora toca pronunciar muchas sonrisas, pasos hacia adelante, abrazar matices llenos de color y purpurina.

Ya no quiero medias tintas. ¡Lo quiero todo! Pero de verdad. Porque ya tuve mitades durante mucho tiempo. Ahora es el turno de que el corazón lata acelerado a punto de salirse de mi boca, de que la sangre se desordene, de que los pies corran de alegría y de expectación sin fronteras que les impidan el paso.

Y que se jodan los que no viven como realmente querrían, los que prefieren conformarse para no sufrir, los que eligen el miedo como medio de vida.

Me salí del camino y es así como quiero vivir. Fuera la palabra NO de mi diccionario. Yo puedo con todo lo que me proponga.

Voy a comerme el mundo. Voy a gritar cuando quiera, a sonreír cuando quiera, a despedirme cuando me dé la puta gana, a ser sincera con quien lo merezca y falsa con quien se lo merezca mucho más, a jugar con los que juegan sin sentirme mal, a entregarme por completo con los que me dan todo. Voy a tachar de mi lista de cosas por hacer todo lo que haya escrito sin esperar que el tiempo me lo ponga entre las manos, luchando por ello con uñas y dientes, voy a sacarme el carnet de conducir, voy a hacerme más independiente cada día, voy a volver a viajar sola porque una vez que pruebas la soledad sabes que ese rincón al lado tuyo no se le entregas a cualquiera, voy a girar sobre los charcos y a empaparme con la lluvia, voy a permitir que me toque el sol, voy a patinar y a deslizarme por carreteras inciertas sin miedo a romperme la cabeza, voy a vivir el presente y a suspirar por el futuro, voy a hacer todo lo que me apetezca sin limitarme.

Porque a mi lado tengo guerreros que luchan aunque el temporal se ponga feo, ya es hora de ser una guerrera de la que estén orgullosos, de la que mis ángeles estén orgullosos.

¡Bienvenida, Beka Unicornio!

¡Adiós, chica melancolía!

¿Dejamos salir nuestro lado oscuro? ¿Cruzamos la línea? ¿Avanzamos hacia otra realidad de nuestro yo? ¿Luchamos por lo que realmente queremos? ¿Dejamos de sobrevivir? ¿Nos deshacemos de los prejuicios y de los miedos? ¿Demandamos lo que nos debemos y no lo que otros creen que merecemos?

¿Quién se viene conmigo?

Y que tiemble el infierno, que las puertas del cielo se me cerraron hace tiempo…

¡Un besito a los que me quieren feliz!

Y a los que desean verme caer… Esperad sentados y bien cómodos, criaturitas.

4/27/2018

NECESIDAD DE SOLEDAD

¡Queridos Freezers!

¿Alguna vez habéis tenido una necesidad de soledad tan brutal que os encharca los pulmones y os impide respirar?

¿Cuántas veces habéis dicho: de ganas me iba a una cabaña, sol@, porque estoy cansad@ del mundo?

−Es solo ansiedad por la rutina… −me han dicho.

Pero no. ¡Yo sé muy bien lo que es!

Es una necesidad de romper con todo, de largarme lejos, de perder mi mundo de vista por un tiempo porque hay emociones dentro de mí que llevan mucho tiempo siendo acalladas. Y duele. Duele mucho. Y a cada suspiro hieren mucho más.

Llevo dos años con esta sensación de no estar en el lugar correcto que me corresponde.

Llevo muchos meses cayendo, levantándome, tragando, suspirando para coger aire nuevo, sonriendo sin tener ganas de hacerlo por creerme la fuerte, pero sin liberarme por dentro, sin vaciar todo lo que me ha hecho daño.

Y ni las hostias que doy en mis clases de Kick Boxing me liberan ya. Y era mi terapia. Pero es que es un problema mucho más profundo que el desfogue de adrenalina y la liberación mental.

Necesito desconectar. Respirar. Recoger aire que me libere y no que me oprima más. Necesito vaciar mi alma para poder llenarla de cosas que de verdad merezcan la pena.

Necesito alejar de mí todo lo negativo. Expulsar de mi vida, pero de verdad, a todas esas personas que traicionan, que te demuestran que no eran lo que tú pensabas, que te decepcionan, que juegan contigo, que te marean. Porque ya estoy muy cansada. Cansada de despedidas. Cansada de decir adiós, hola, adiós. De sentirme un trapo al que solo acude la gente cuando necesitan algo y después le dejan tirado en una esquina. Cansada de estar para ayudar a todo el mundo y no ayudarme a mí misma. Cansada de ponerme en la piel de los demás y no ponerme tanto como debería en la mía propia.

Necesito estar sola. Ser más egoísta. Centrarme en mí, y solo en mí. Porque ya he perdido la cuenta de las veces que he suspirado hondo en busca de alivio sin encontrarlo.

Yo que tenía miedo de la soledad y resulta de que ahora me resulta adictiva. Ahora la necesito. Hoy la necesito más que nunca.

Hoy necesito escapar del mundo antes de que me sepulten las emociones que llevo en mi interior.

Porque hay algo dentro de mí que no está bien. Necesito dejar de bailar en montañas rusas. Necesito dejar de sentirme rota, de coleccionar fracasos, de acumular pensamientos que no me llevan a ninguna parte y que solo provocan sonrisas torcidas y dolores de cabeza. Necesito actuar más. 
Necesito romperme del todo, pero no para reconstruirme, sino para hacer de mí una nueva Rebeca. 

Son demasiados los remiendos. Demasiadas las cicatrices. Necesito soledad porque estoy cansada de sangrar. Y creo que me merezco mucho más.

Porque sé que el día que explote el vendaval que llevo en la sangre todo mi mundo se vendrá abajo. Y sí, soy fuerte. Pero no sé si estoy preparada para enfrentarme a ello. Y quiero estar preparada.
Esa necesidad de soledad que me ahoga. Esa necesidad de gritar muy fuerte toda la mierda que me callo. Esa necesidad de liberarme. Esa necesidad de tachar cosas de la lista mental.

Esa necesidad de tener unos días solo para mí. Lejos de aquellos que me importan que cada vez son menos. De estar sola conmigo misma. Aunque lo que me muestre la soledad me duela. Por un poco más de dolor ya no pasa nada. Sé lo que es que el alma me duela y sentir el corazón roto en mil pedazos.

Necesidad de escaparme, no para huir, sino para coger aire. Porque ya no aguanto más. Sé que solo así, al regresar, estaré en el lugar correcto.

Esa necesidad de soledad, hoy, me consume.

¿La habéis sentido alguna vez? ¿Qué habéis hecho?

Cansada. Decepcionada. Triste.

¡Os mando un abrazo congelado!