3/21/2016

HAS DE SER MI CRIADA...

¡Queridos freezers!

Con el café de la mañana me ha dado por reflexionar sobre ese machismo familiar al que muchas mujeres nos tenemos que enfrentar día a día. Y es que de sobra es sabido que los peores enemigos los tenemos dentro de casa.

Por si no teníamos suficiente con el machismo de algunos hombres más o menos alejados a nosotras, hemos de soportar el de los miembros de nuestra familia y el de algunas mujeres que en vez de avanzar, siguen manteniendo viejas doctrinas y ven ciertas actitudes como algo normal…

Hace unas semanas celebrábamos el Día Internacional de la Mujer, y en pleno siglo XXI, en una época tan avanzada, muchas mujeres tenemos que enfrentarnos a que algunos miembros de nuestra familia crean que somos sus criadas por el mero hecho de ser mujeres.

Las mujeres han de llevar la casa a cuestas, limpiar, fregar, hacer la comida, poner lavadoras, planchar… Algo normal en nuestra rutina...

Sin embargo, algunos hombres creen que esos deberes son solo nuestros, que ellos, aunque formen parte de la familia, no tienen obligación de hacer esas cosas...¡porque son hombres! Y los hombres no limpian.

¡Menos mal que las cosas están cambiando!

¡Manda narices que tu marido te trate como a una igual, y que sean otros miembros de tu propia familia los que traten, aunque no puedan, de convertirte en su esclava doméstica!

¡Tiene huevos que un hombre de treinta y tantos no sepa poner una mísera lavadora, ni planchar, ni limpiar la casa, ni recoger su propia ropa del suelo!

¡Ay! Esos niños mimados que viven con mamá y se piensan que ellos no han de fregar ni ocuparse de las tareas del hogar, porque ya está su madre para ello y porque son hombres, y los hombres no hacen esas cosas.

¿Entonces mi chico que es? ¿Un extraterrestre? 

Y no importa si la madre trabaja fuera de casa durante muchísimas horas y ellos no hacen nada más que dormir, ver la televisión, estudiar un par de horas al día y esperar por arte de magia salir de la cola del paro. No importa si su madre algún día se pone mala y no lo puede hacer, porque según ellos aún les queda su hermana.

¡Já!

Pero claro, su hermana no es como su madre, su hermana no traga, ni se calla, ni se arrodilla ante nadie.

Aún recuerdo aquella vez en mi época teenager que, en plena fiesta de fin de semana, me llamó por teléfono para que volviese a casa a hacerle la cena… WTF? Yo con mi media alegría alcoholica y no sabía si estaba escuchando mal o era mi realidad ¿Aún no te has enterado de que no lo hice entonces y no pienso hacerlo ahora?

Y sé que el problema no es solo suyo, el problema es la educación que le han dado…La misma que yo recibí. Pero claro, yo fui a un colegio de monjitas, y las monjitas me enseñaron a limpiar, a fregar, a recoger la mesa, pero a mis compañeros chicos también...

Y cuando la forma de ser choca, cuando los caracteres se cruzan, ahí llegan las discusiones, las echadas en cara, los gritos al teléfono y las tormentas. De granizo, lluvia y nieve espesa.

Hermanos que se creen señoritos millonarios, que viven de sus madres sin dar un palo al agua (echándole la culpa a la crisis) y sin ayudar en lo más mínimo. Hijos de trabajadores que piensan que por el hecho de ser mujer tienes que dejar tu casa, tu gimnasio, tus hobbies y tus sueños para atenderlos a ellos…

¡Já! ¡Já! Y más ¡já!

Miembros de la familia que asienten y dan la razón al señorito porque, claro, las han educado para que las mujeres sean las únicas que tengan obligaciones en el hogar.

Y por mucho que intentes hacerles entender que las cosas no son así, que el ser mujer no implica la obligación de atender deberes, por mucho que intentes explicar que también tienes una vida, como eres ama de casa y no ganas un sueldo trabajando fuera, no valen para nada tus razones.

Si limpias una casa bien puedes limpiar dos…total, tampoco cuesta tanto trabajo...

Tienes que atender dos casas, aunque una no sea tuya, ni vivas en ella, porque eres mujer. 

—¡Es tu madre! —te gritan.

—¡Claro que es mi madre! y a mi madre la ayudaré… Pero no pienso recoger tu mierda ni tus calzoncillos. ¡Así que ponte las pilas! ¡Huevón!

Y me da igual si hay quien piensa que soy una egoísta que solo pienso en mí y en mi diversión, me da igual si no les gustan mis decisiones. Si piensan que a mis 30 debería ya estar casada y tener al menos un hijo, y así tener más obligaciones todavía.

Si uno vive en la casa familiar y el otro fuera de ella lo lógico es que el que limpie sea el que está dentro, el que mancha, vive, consume. Creo yo, que lo mismo también estoy equivocada…

Por ello, colega, no soy yo quien tiene ese tipo de obligaciones, aunque tú creas que sí.

Hombres que se piensan que si friegan un día la vasija es porque están haciendo un favor a su madre. No porque esté a punto de comerles la mierda…No porque sea su deber como persona que vive en esa casa…

¡Venga ya!

¡Menos mal que mi hombre es un hombre del siglo XXI, que trabaja fuera de casa y que cuando llega es capaz de ayudarme si falta algo con tal de que en los meses de Nanowrimo me ponga a escribir mis historias como una loca (y que no me pagan por escribir, excepto algunos centimillos en Amazon, que lo hago por diversión, oiga), con tal de echarme un mano para acabar mucho antes y tener tiempo para disfrutar juntos los dos!

¡Menos mal que mi hombre es un hombre del siglo XXI y sabe desenvolverse solo sin necesidad de tener una mujer a su lado! ¿Sino qué sería de él si no habría mujeres en el planeta tierra? ¿Qué sucedería si un día yo no puedo ejercer de ama de casa, porque tengo una gripe o algo? ¿No come ese día?

Ahí está la diferencia entre unos hombres y otros... Y mi chico es hijo único, y aquí el que parece hijo único es mi hermano...
Creo que entre tanta tontería me voy a volver a loca…¡Pero seguro que me entendéis!

Y es esa razón y no otra por la que escupo pedacitos de hielo, para liberarme. Y sí, parece que me paso el día con el hacha de guerra en la mano, pero es que tengo para escribir un libro…porque cada día me dan munición nueva…

Y seguro que muchas de vosotras, mujeres mías, os sentís identificadas. Porque nuestra sociedad es tan machista… Y el machismo no es solo monopolio de los hombres, sino de muchas mujeres que es lo que más me revienta, y mientras no cambiemos eso…no conseguiremos nada…

Pero en mi caso es darse de hostias contra un muro, porque la gente ni entiende ni quiere entender...

¿De qué sirve nacer libres si nuestra propia familia nos encadena?

Hombres que no quieren hermanas, madres y tías sino que quieren esclavas domésticas.

—Has de ser mi criada…

—¡Y una mierda!

Dedito levantado.

Entrecejo enfurruñado. 

¡Y un abrazo helador!


P.D: Y ya sabéis que si queréis proponerme un tema del que hablar, u opinar sobre mis escritos, podéis mandarme un email a:

bekavonfreeze@gmail.com

¡Yo encantada de recibirlos!

3/07/2016

LO DIFERENTE NO GUSTA...

¡Queridos Freezers!

Hoy, mientras el regustillo del café de la tarde se muere en mi boca, quería reflexionar sobre el parecer/ser diferente. Y como a algunas personas no les gustan aquellos que lo son.

Digo parecer porque si de verdad nos preocupáramos en saber lo que se esconde dentro del corazón de las personas que nos rodean, nos daríamos cuenta de que en el fondo no somos tan distintos como creemos.

En un mundo de copias y clones donde la mayoría de las personas visten de la misma manera, hablan con las mismas expresiones y se mueren por las mismas cosas, está mal visto ser diferente.

¡Sí, en pleno siglo XXI!

Aunque algunos vayan de modernos y de avanzados para sus tiempos, en muchos aspectos hay quienes siguen siendo unos cabezas huecas y todavía miran por encima del hombro a las personas que parecen diferentes a ellos.

Lo digo con conocimiento de causa. Por mi forma de ser, de comportarme, de vestir o maquillarme, he tenido que sentir las miradas más de una vez. 

E incluso también he tenido que aguantar comentarios sobre mi forma tan poco femenina de vestir o sobre mi llamativo maquillaje, sin olvidar aquellos que intentan ridiculizarme por la cantidad de piercings o tatuajes que llevo, o porque sea una infantil y una freak que no ha madurado.

¿En serio solo tienes eso para mostrarme? ¿Tu disconformidad hacia mi persona?

¡Todos juzgamos! No seré yo la que vaya de santa a estas alturas de la vida. Cuando me lo propongo puedo llegar a ser muy hija de puta, porque sí, Freezers, yo también sé criticar y lanzar miradas asesinas cuando me siento amenazada.

Sé lo que es sentirse una mierda y que otros te hagan creerte un bicho raro, por lo que no suelo ridiculizar a nadie, pero cuando intentas que me venga abajo…oh, oh! Danger! Yo también puedo comportarme como una perra, y ahí es cuando suelto los comentarios irónicos a los que las personas no suelen estar acostumbrados dada la cara de perplejidad que se les queda. Eso o que sencillamente su cerebro no los entiende. Que también puede ser el caso.

Hay personas para las que el heavy metal era algo que escuchaban cuando eran jóvenes y rebeldes y seguir escuchándolo es señal de no haber madurado. Para los que los tatuajes son una moda que ya debería haber terminado, y para los que los números de piercings que llevas es una forma de definir si te pareces a un colador de leche o aún te quedan algunos agujeros más para llegar a serlo.

Lo que está claro es que en esta sociedad en la que vivimos, o en la que muchos quieren que vivamos, cada día abundan más los clones y las copias. Son las actrices, las modelos y las pasarelas quienes marcan si estás in o out

Basta con salir a la calle y echar un vistazo a los adolescentes y no tan adolescentes. No distan mucho de ser aquellos que nos rodeaban cuando éramos jóvenes e inocentes y cuando ser gótica era una auténtica putada y les servía a los de tu alrededor para tener un foco en el que centrar sus burlas. 

Ahora cuando miro hacia atrás, me siento súper orgullosa de aquella Rebeka medio punk, medio heavy, medio gótica, que a pesar de sentir las miradas sobre ella seguía siendo como era, y que prefería estar sola o sentirse sola antes que ser una más del rebaño.

Ahora cuando miro hacia atrás, me doy cuenta de que sigo perteneciendo a una minoría, y ¡que me encanta! Porque sé que no me equivoco al pensar que la mayoría de las personas que conforman esa minoría son más sinceras, más amigables y más abiertas de mente de lo que nunca podrán ser muchas otras personas.

Porque sí, aunque a muchos les joda, a mis 30 sigo escuchando death metal, sigo siendo heavy, vistiendo con camisetas heavy (aunque como dicen algunos miembros de mi familia, vistes más light que entonces cuando llevabas las medias todo rotas y parecía que te habían apaleado) y vaqueros rotos, mis Converse y mis Dr. Martens, porque sí, cuando me pongo tacones acabo de ellos hasta las mismísimas narices. Aunque las New Rock siguen en el armario por si un día me da por ponerme las faldas de tul y los corsés de nuevo.

Sigo pintándome los ojos negros y los labios del mismo color cuando no tengo el día de carmín rojo. Y ya no necesito los bazares para ello, ahora los labiales negros me los vende Sephora gracias a la colección de KAT VON D. ¡Cómo han cambiado las cosas, y cuánto me alegro!

Sigo haciéndome nuevos pendientes, y sigo tatuándome nuevas delicias, porque sigo siendo yo. 

Porque ser como era entonces no era por culpa de la edad o la rebeldía, sino mi propia personalidad rebosando por todos los poros de mi piel. Y sí, puede que ahora sea una versión más descafeinada de mí misma, porque como todas las personas yo también he evolucionado aunque piensen que no y ahora me encuentro cómoda de esta manera.

Y sé que seguiré creciendo, evolucionando y mutando de piel, y que una parte de mí seguirá ahí, intacta, envejeciendo conmigo y definiéndome, seguiré perteneciendo a una minoría y ahí radica el verdadero encanto. Sentirse parte de un mundo que no todos comprenden y que por mucho que lo pretendan nunca comprenderán.

Y la moda seguirá evolucionando, y cuando algunos se hayan cansado de llevar el pelo rapado por un lado y largo por otro, cuando se hayan cansado de usar colores estridentes, tú seguirás llevándolo de esa manera porque ya lo hacías mucho antes, (excepto lo del pelo de colores que de tanta decoloración al final me voy a quedar calva y una ya tiene una edad, con cubrir las canitas vale) y te reirás, porque hay modas que pasan de moda, pero personalidades que siguen fuertes y con carácter propio.
Y puede que muchos piensen que cierta tatuadora ahora es súper cool, y se pongan su maquillaje porque es un bombazo, pero para ti ya lo era mucho antes, y lo seguirá siendo cuando el boom haya finalizado, porque sabes que todo lo que sube, baja, pero que como siempre, tú y los que pertenecen a tu cultura, seguirán ahí, apoyando su trabajo. 

Así que, me da igual que me miréis por encima del hombro, que penséis que solo soy una adolescente radical en el cuerpo de una treintañera. Me da igual que no os gusten mis piercings, ni la música que escucho porque solo es ruido para vosotros, me da igual que queráis convertirme en una pija, que deseéis que tenga hijos para que madure o deje de ser una freak infantil. Me da igual que os disgusten mis tatuajes y os den ganas de vomitar. 

Sabéis ¿por qué?

Porque más arcadas me entran a mí cuando os veo. Siendo como otras personas quieren que seáis, para poder sentiros a gusto dentro de un grupo, para poder sentiros bien formando parte de una comunidad.

¡Un poquito de personalidad!

¡Un poquito de abrir la mente!

Por eso me encanta viajar. Salir de esta pequeña ciudad donde lo diferente está mal visto.

Porque cuando visitas una gran ciudad o viajas a otras ciudades europeas: NADIE SE FIJA EN TI. Puedes ser quién te de la real gana ser porque nadie te critica, ni te mira por encima del hombro, ni te juzga. Viven y dejan vivir.

Y en el fondo creo que todo radica en que tienen más cultura.

Creerse diferente. Parecer diferente. Gustar lo diferente…

¿Vosotros también habéis sentido esas miradas de desprecio? ¿De no aceptación?

¡Un snowflake!