9/30/2016

NACÍ LISTA

¡Queridos Freezers!

En el post anterior os comunicaba que estuvieséis atentos a un nuevo proyecto.

Octubre es mi mes, el mes de mi nacimiento, y por ello he decidido comenzar un nuevo camino, en muchos sentidos.

Por ello también serán distintos los artículos que ocuparán este rinconcito virtual.

Esta vez, en vez de buscar frases inspiradoras, serán los títulos de la biografía de Ronda Rousey, MI PELEA/TU PELEA, los que me ayudarán a reflexionar sobre la vida, la lucha por los sueños y la esencia que llevamos dentro.

Hoy os dejo el primer artículo, de regalo de fin de semana, como algo extraordinario. Muy pronto, el Lunes, tendréis el siguiente. Dos al mes, como viene siendo costumbre en este cuaderno de desvaríos. Aunque quién sabe...quizá algún día necesite repartir escarcha para vaciarme...¡Ya sabéis el poder terapéutico que tienen las palabras escritas!

En cada uno de ellos pienso dejarme el corazón y la sangre, como en todo lo que escribo. Espero que os gusten y que os sirvan de algo. Con que no paséis de largo me conformo...xD

Dicho esto...


NACÍ LISTA

Me habéis leído muchas veces admitir que no soy la misma Rebeka que meses atrás, yo no me siento igual, y de ahí este nuevo proyecto.
 
Este será el primero de muchos cafés hacia un nuevo sendero en mi vida. 

Con la llegada de octubre siempre me abraza la melancolía. Siempre me replanteo todo lo vivido. Siempre me detengo para pensar cuál será mi próximo paso, cuál será la dirección de mi nuevo destino. 

Escribir es lo único que año tras año sigue intacto en mi estrella.

¡Locuras que le entran a una cuando está a punto de cumplir un año más de vida!

Así somos las mujeres cuando nos da por ponernos trágicas ¿verdad?

Es cierto que nos pasamos nuestra existencia abriendo y cerrando puertas y etapas, comenzado y acabando planes, llegando a un lugar para después abandonarlo.

Así es el ser humano. Así es nuestra vida. Una sucesión de toma de decisiones hacia un final. Ser felices con lo que tenemos, con lo que somos. Intentando por el camino conseguir nuestros sueños, rodeándonos de las personas a las que amamos.

Según Ronda, ella nació lista. Lista para luchar, para conseguir sus anhelos.

NACÍ LISTA.

Dos palabras que se clavaron en el fondo de mi alma cuando las leí y que me hicieron suspirar.

¿Sois conscientes de que vosotros también nacisteis listos? ¿Preparados para enfrentaros a todo lo que venga?

¿Cuántas veces os habéis preguntado si seréis capaces de superar algo? 

Yo me lo he preguntado demasiadas. Cada día que acontece, debo mirarme al espejo para hacer frente a cualquier adversidad y recordarme en mi reflejo, que sí, que nací lista y sigo estándolo para resistir a todo aquello que se ponga por delante.

Desde que nacemos estamos listos para la vida. 

Y la vida no es nada fácil. Dependiendo de nuestro caso particular, será más o menos complicada, pero nunca fácil. A momentos seremos nosotros mismos los que nos la complicaremos con malas decisiones, con estados de ánimo que se apoderan de nuestra cordura, con desaires, con nuestra especial manera de sentir las cosas, con nuestra incapacidad para manejar distintas situaciones.

Cuando éramos pequeños nada nos detenía y nuestro mayor miedo era dormir con la luz apagada. Luchábamos frente a las adversidades con la mejor de nuestras sonrisas porque no éramos del todo conscientes de la inmensidad que nos rodeaba. 

Al crecer, la venda de nuestros ojos se desploma a nuestros pies, y aunque en algunos momentos seamos tan ingenuos como esos chiquillos que una vez fuimos, vamos palpando la realidad, caída tras cada caída, tropiezo a tropiezo, discusión tras discusión vamos aprendiendo del suceder de la vida y de sus consecuencias. 

Aunque a momentos queramos echarnos atrás, bajarnos del tren que un día pensamos que era nuestro destino, aunque nos apetezca escondernos en un rincón para recapacitar y aislarnos, aunque sintamos que no estamos del todo preparados para lo que nos espera, en el fondo de nuestro corazón algo nos grita que estamos listos para vivir.

NACIMOS LISTOS. Esa es la única verdad.

Desde el momento en el que nacemos estamos en condiciones para luchar.

Desde el primer aliento, desde la primera respiración por nosotros mismos, tenemos que adaptarnos al ambiente que nos rodea, ser camaleones, esquivar las piedras que nos lancen. 

Listos para sobrevivir, para enfrentarnos a las condiciones vitales que nos son entregadas y que nos harán ser quienes somos, que nos definirán, que determinarán el sendero marcado por nuestra estrella.

Puede que ésta no brille como queremos. Puede que en algunos instantes incluso se funda para cesar en su incandescencia, pero siempre volverá a parpadear. Y somos nosotros quienes debemos hallar las herramientas necesarias para obligarla a brillar de nuevo.

No podemos esperar a que nadie nos ayude a brillar. Debemos resplandecer por nosotros mismos. 

Debemos darnos cuenta de que como individuos tenemos el derecho a centellear en la oscuridad y a plena luz del sol. Suceda lo que suceda.

Desde el primer aliento estamos listos para luchar por nuestros sueños, para exprimir la vida, para bebérnosla a grandes o pequeños sorbos según lo que decidamos, para sonreír y dar siempre lo mejor de nosotros mismos, para obtener lo que nos merecemos. 

Nacemos listos para vivir. Sin esperar a encontrar en la vida más de lo que estamos dispuestos a dar, pero sin merecer menos de lo que damos.

Nacimos listos para luchar, para adaptarnos, para mudar de piel cada vez que nos dé la real gana sin tener que mostrar explicaciones. Para resurgir de nuestras cenizas cuando nos sintamos derrotados.

Nacimos listos para pelear, para cerrar unas puertas y abrir otras, sin perder de vista nuestro objetivo principal. Ser felices.

Dándonos cuenta que desde nacemos estamos listos para vivir. Solos. Porque es así como venimos al mundo y es así como nos marcharemos. Solos. Aunque en mitad del camino queramos compartir nuestros pasos con el amor de nuestra vida, con nuestra familia, con los amigos.

Nacimos listos para vivir. Para luchar. Desde el primer llanto, desde la primera respiración, desde la primera sonrisa. 

¿Vivimos al máximo? ¿Luchamos por nuestros sueños? ¿Cambiamos de piel con el otoño? ¿Nos reciclamos?

¡Un abrazo escarchado!

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